Historización/Comunicación de Orígenes

«A veces, la identidad se percibe como una totalidad que no admite fisuras, ni contradicciones (…). Por ejemplo, el “ser adoptado” o “ser hijo adoptivo” puede quedar subrayado perdiendo de vista la multiplicidad de rasgos con los que un sujeto se constituye (…). No solemos apreciar que todos los sujetos están compuestos por diversos rasgos superpuestos y simultáneos que, si bien no se confunden, pueden llegar a sentirse como discordantes o contradictorios«.

(Paula Berenstein, La Adopción y el Vínculo Familiar, 2014, p. 81).

Por Irene Salvo Agoglia

Contar y escuchar historias es lo que hacemos todos los seres humanos desde que somos muy pequeños. Contamos historias sobre de dónde venimos, hacia dónde vamos y sobre cómo entendemos lo que hemos vivido. Esto nos ayuda a construir las coordenadas para respondernos preguntas tales como: ¿quién soy? o ¿de dónde vengo?, ¿a quién me parezco?, ¿por qué sucedió esto o aquello?, entre otras. Gracias a ello, podemos construir sentidos más cohesionados e integrados sobre quiénes fuimos, somos y seremos, aquello que se ha llamado “la identidad”. La identidad es una noción muy compleja, fluida, abierta y multifacética, que involucra dimensiones y coordenadas físicas, genéticas, culturales, étnicas, sociales, jurídicas, subjetivas, entre otras. Además, la capacidad y posibilidad no solo de contar historias para darle sentido a nuestras vidas, sino de ser escuchados y reconocidos en las historias de otros, es absolutamente fundamental para poder vivir. Ninguna historia es igual, cada experiencia es diferente. Al mismo tiempo, nuestras historias de vida pueden estar conectadas de forma conmovedora.

En el caso de las personas que fueron adoptadas, crear un relato sobre la adopción y de cómo ello impacta su identidad personal, implica construir una forma de pensar, sentir y aceptar los distintos aspectos que conforman su biografía. Por ello, disponer de la información más completa y veraz sobre sus orígenes, poder conocerlos y/o buscarlos es un Derecho Humano. Este derecho está contenido en la Convención Internacional delos Derechos del Niño (CIDN, 1989) y en el Convenio de la Haya relativo a la Protección del Niño y a la Cooperación en materia de Adopción Internacional (CH, 1993). Ambos instrumentos jurídicos internacionales han sido ratificados por el Estado chileno y garantizados por la legislación adoptiva vigente en Chile (Ley N°19.620/1999), lo cual obliga nuestro país –como Estado parte- a realizar todos los esfuerzos para que este derecho se cumpla plenamente.

La noción de “orígenes” tiene una complejidad particular, dada la vaguedad y/o diversidad de sentidos que tiene: nacimiento, historia pre-adoptiva, familia de origen, cultura de origen, etc.  La noción de “orígenes” tiene una complejidad particular, dada la vaguedad y/o diversidad de sentidos que tiene: nacimiento, historia pre-adoptiva, familia de origen, cultura de origen, etc.  Durante muchos años, hablar sobre la adopción fue pensado como un momento de “revelación” en el que se le contaría al hijo(a) que había sido adoptado. Así, durante muchos años, manuales y profesionales hablaban de la “revelación de los orígenes” para referirse al momento en que se le contaba a un hijo(a) que había sido adoptado, un momento que debía ser escogido con cuidado, valorando su capacidad para asimilar esta información. Además, prevalecía la idea de que en sí mismo “ser adoptado” era traumático y que los hijos(as) al saberlo, se sentirían irremediablemente abandonados o que no habían sido queridos por algún motivo. Debido a ello, muchos padres esperaban el momento justo o perfecto, postergaban este momento, incluso decidían omitir esta “revelación”. En parte, por este motivo, hasta el día de hoy muchas personas desconocen que fueron adoptadas, aunque probablemente lo intuyen o sospechan, o se han enterado muy tardíamente y de formas inapropiadas.

No obstante, desde hace algunas décadas existe una contundente evidencia científica que muestra que los secretos sobre la adopción pueden ser muy dañinos para todas las personas involucradas y que lo más beneficioso para el desarrollo de una autoestima e identidad positiva en las personas que hemos sido adoptadas es contar con relaciones más abiertas y transparentes, con nuestros padres y entorno social. Para la Dra. en Psicología Social Beatriz San Román, existe un creciente consenso en la idea de que los niños y niñas deberían saberlo “desde siempre”, en que no se trata de una conversación solemne y meditada, sino de algo que debe estar presente en la narrativa familiar desde la más tierna infancia. Como señala la psicoanalista argentina Paula Berenstein, desde lo vincular, las preguntas y respuestas que circulan no son cerradas, ni las respuestas contestan para siempre las interrogantes. Incluso pueden aparecer contradicciones que promuevan nuevas interrogantes y nuevos armados que historicen la vida familiar. Así, el bienestar que sentimos se verá incrementado si nuestras madres/padres nos cuentan temprana y progresivamente que fuimos adoptados y establecen con nosotros una comunicación abierta, flexible y empática sobre nuestra adopción, nuestra historia de origen, nuestra conexión con parientes biológicos y potencialmente nuestra necesidad y deseo de conocerlos y/o establecer contacto (o no) en algún momento de nuestras vidas con ellos. Al mismo tiempo, las madres/padres adoptivos también tienen derecho a recibir la información más precisa, completa y detallada que sea posible de todos los antecedentes y episodios de la historia de su hijo(a), para poder establecer esta apertura comunicativa. Además, es fundamental que todas las instituciones y profesionales que han trabajado y/o acompañado a los niños y niñas en sus procesos adoptivos, preserven, cuiden y atesoren todo lo relativo a su historia de vida, por ejemplo, elaborando junto a él o ella un libro de vida. Sin embargo, hablar de lo que pasó antes de la adopción sigue siendo un tema más complicado. De una parte, se asume que las personas adoptadas tienen derecho a conocer “sus orígenes”, en tanto que pieza fundamental en la construcción de su identidad, pero, paradójicamente, en muchos países no pueden acceder a la información sobre los mismos hasta la mayoría de edad.

Para continuar profundizando sobre este tema, te recomendamos que consultes los diferentes recursos que tenemos en el sitio sobre comunicación de los orígenes, como la Guía Hablar de adopción, también cuando es difícil elaborada por AFIN.